Editorial. La prevención y el control de las enfermedades infecciosas y el comercio internacional sustentable. Vacunación: ¡mejor prevenir que curar!

El fin último de la producción agropecuaria es la seguridad alimentaria sustentable: “Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana.” (Cumbre Mundial sobre la Alimentación, 1996).

Los organismos internacionales y expertos en la materia indican que durante las próximas décadas el mercado internacional de carnes registrará un creciente y sostenido aumento en la demanda de proteínas de origen animal, destacando además que los países de América Latina tendrán un importante rol en la producción y suministro de alimentos para sostener una población mundial que ha de alcanzar en 2050 los 9000 millones de habitantes.

Nuestro país y la región poseen su estructura productiva con un enorme potencial de desarrollo que, con reglas claras y una planificación adecuada, puede orientar sus cadenas de valor para lograr un aumento significativo en su producción y poder satisfacer las necesidades de los mercados interno y externo contribuyendo a la seguridad alimentaria mundial.

La Sanidad Animal y la Inocuidad de los Alimentos de origen animal son y seguirán siendo una condición necesaria e imprescindible para el comercio seguro. La Organización Mundial de comercio (OMC) a través de La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) considera a la Sanidad Animal -y en particular a los Servicios Veterinarios (oficiales y privados)- como un Bien Público siendo que la mayoría de las enfermedades emergentes y reemergentes (Fiebre Aftosa, Peste Porcina Africana, Influenza Aviar, por citar solo algunas) han afectado seriamente y con carácter pandémico la seguridad sanitaria y el comercio internacional, y tienen un tremendo impacto en la sustentabilidad mundial en la producción de alimentos de origen pecuario.

Como la mayor parte de las enfermedades emergentes aparecidas en los últimos tiempos son zoonosis y tienen en  común su carácter transfronterizo -sobrepasando la condición de país y afectando vastas regiones productivas, desconociendo límites políticos o geográficos que impidan su transmisión y difusión- las organizaciones internacionales implicadas en estos problemas se han asociado en la iniciativa de “Una Salud” a fin de coordinar las actividades relacionadas con la salud pública, animal y el medio ambiente que conduzcan a su efectivo control y erradicación.

Esta situación ha reactualizado la utilización de la “vacunación” como método preventivo de las enfermedades infecciosas animales y humanas, concepto fundamental para la prevención y efectivo control de estas enfermedades. El viejo adagio de “mejor prevenir que curar” se ha renovado frente estas emergencias donde otros sistemas de control resultan ineficaces y se pone en riesgo la seguridad alimentaria mundial.

Una recomendación técnica reciente de la OMSA -referida a la posibilidad de garantizar el comercio seguro de productos aviares en países y regiones que vacunan contra la Influenza Aviar en forma preventiva o para su control, basada en solidos conceptos científicos- indica un cambio importante a nivel internacional en la percepción del riesgo y el valor en el uso de las herramientas (vacunas y sistemas de vigilancia) desarrolladas y científicamente probadas. También en el caso de Fiebre Aftosa -donde estos sistemas han probado su eficacia durante años- ya se notan cambios significativos en la percepción del riesgo sobre el comercio de animales y productos desde países o regiones libres de Fiebre Aftosa con vacunación hacia países o regiones libres sin vacunación (Apertura a las carnes bovinas de Uruguay por parte de Japón y USA, países que tradicionalmente han sostenido el “riesgo 0” , y de carne bovina con hueso por parte de Israel) enfatizando el concepto de “libre es libre” tanto con como sin vacunación.

En las ultimas décadas se ha avanzado significativamente en el desarrollo de nuevas vacunas que han demostrado su eficacia en la prevención y el control de varias enfermedades animales. Sirva como ejemplo la prevención de la Enfermedad de Marek, que en la década del 70 del siglo pasado puso en el limite de supervivencia a la pujante y eficiente industria avícola y que, con el desarrollo y aplicación de una vacuna a cada embrión, ha permitido la supervivencia de un sistema productivo de alta implicancia en la sustentabilidad alimentaria mundial.

Es que la vacunación con productos de calidad certificada y sistemas de control y vigilancia eficientes es una herramienta de capital importancia para asegurar el comercio de animales y productos seguros que permita consolidar la sostenibilidad de la producción alimentaria global.

Es hora de actuar a nivel local, regional e internacional para lograr la implementación clara de estas condiciones y facilitar el comercio internacional de productos sanitariamente seguros.

Maria Durrieu, Alejandro Schudel, Carlos van Gelderen.

Fuente: OMSA – OMS One Health – Rurales El País – Ministerio Relaciones Exteriores Uy

Enero 2024