
Las autoridades de China han reportado más de 7.000 casos del virus de Chikungunya, principalmente en Foshan, el centro manufacturero del sur de China, a unos 170 kilómetros de Hong Kong. Aunque las autoridades afirman que el ritmo de nuevos contagios comienza a desacelerarse, han puesto en marcha un amplio operativo de control para evitar que la epidemia se expanda a otras regiones.
El virus se transmite principalmente la picadura de por mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus infectados, y por transmisión vertical.
Para frenar el brote, las autoridades han recurrido a una combinación de métodos tradicionales y medidas innovadoras: redes mosquiteras, fumigaciones masivas con insecticida, eliminación de focos de agua estancada y despliegue de drones para detectar y tratar criaderos de mosquitos desde el aire. Las imágenes difundidas por la televisión estatal muestran a equipos de trabajadores rociando nubes de desinfectante en calles, edificios, zonas residenciales y obras en construcción. Los pacientes hospitalizados en Foshan deben permanecer al menos una semana ingresados como parte del protocolo.
El brote se ve agravado por las fuertes lluvias e inundaciones recientes en la provincia de Guangdong, sumadas a unas temperaturas inusualmente altas, condiciones ideales para la proliferación de mosquitos. Este año, el chikungunya, habitual en regiones tropicales, ha mostrado una presencia más intensa y extendida, con casos detectados también en países como Brasil, Bolivia y diversas islas del océano Índico, así como en Francia e Italia.
Fuente: MinSal – CNN – Gaceta Médica
Julio 2025