
Aumento de los casos de equinococosis quística
La equinococosis quística o hidatidosis es una enfermedad parasitaria zoonótica endémica en el país cuyos casos han ido en aumento en los últimos años. Su progresión es lenta, pero sus consecuencias pueden ser desde quistes de gran tamaño en órganos vitales hasta la muerte.
Es producida por el Plathemnito Cestode Echinococcus granulosus el cual es transmitido al ser humano por el perro.
El ciclo biológico de la hidatidosis / equinococosis quística involucra a animales carnívoros, herbívoros – especialmente a los ovinos – y a los humanos.
Los carnívoros – principalmente al perro – son los hospedadores definitivos; en su intestino se encuentran las tenias o fase adulta del parásito sin afectar su salud y desde donde libera huevos microscópicos a través de la materia fecal. Estos huevos contaminan el pasto o agua y son ingeridos por el ganado -principalmente ovino- que es el hospedador intermedio en los cuales se desarrollan los quistes hidatídicos o fase larvaria. Cuando los perros ingieren las vísceras contaminadas con los quistes, se inicia nuevamente el ciclo.
Los humanos, considerados hospedadores accidentales, suelen infectarse por el contacto estrecho con los perros contaminados, la falta de aseo de las manos y la ingesta de verduras crudas o aguas no potables que fueron contaminadas por la materia fecal de los perros parasitados. Una vez que las larvas ingresan al organismo, atraviesan el sistema digestivo y se alojan principalmente en el hígado (60 a 80% de los casos) o en los pulmones, pudiendo alcanzar otros órganos como el cerebro y los riñones. El crecimiento de los quistes es lento y progresivo, lo que explica por qué la enfermedad puede permanecer oculta durante años. Pero cuando alcanzan tamaños de entre 20 y 30 centímetros, ejercen presión sobre los órganos o se rompen, provocando cuadros graves.
Los datos oficiales muestran que entre 2019 y 2023 se notificaron en promedio 470 casos anuales, pero el último registro anual de 2024 elevó la cifra a 643. El aumento preocupa no solo por el impacto en la salud pública, sino también por las pérdidas económicas asociadas al decomiso de carne y vísceras en el ganado infectado y por los altos costos de los tratamientos.
Fuente: Anlis – Paho – La Nación
Septiembre 2025