Internacionales
Más de 30 personas fueron diagnosticadas con Ántrax en Uzbekistán, después de consumir carne contaminada
Más de 30 personas fueron hospitalizadas en la región de Syrdarya, en Uzbekistán, al ser diagnosticadas con Ántrax. Después de 15 días de tratamiento, 7 personas fueron dadas de alta. Las personas fueron infectadas en 23 de junio 2014 en la aldea de Khusnobod después de haber manipulado carne de animales infectados. El Ántrax es una enfermedad aguda causada por la bacteria Bacillus anthracis. La mayoría de las formas de la enfermedad son letales (si no se trata con prontitud), y afecta tanto a los seres humanos y los animales. Esta bacteria comúnmente infecta a mamíferos herbívoros silvestres y domésticos que ingieren o inhalan las esporas mientras pastan. La ingestión se cree que es la ruta más común por el cual los herbívoros contraen la enfermedad. Los carnívoros que viven en el mismo entorno pueden infectarse al consumir animales infectados y los animales enfermos pueden transmitir Ántrax a los seres humanos, ya sea por contacto directo o por el consumo de carne de un animal enfermo.
La FAO y la OMS identifican los diez principales parásitos transmitidos por los alimentos a nivel global
Los diez principales parásitos transmitidos por los alimentos y que causan mayor preocupación en el mundo, aparecen en una lista publicada por la FAO y la OMS, que están elaborando nuevas directrices para combatirlos. A pesar del enorme coste social y su impacto a nivel mundial, existe por lo general falta de información sobre de donde proceden estos parásitos, cómo viven en el cuerpo, y –lo más importante– la forma en que producen enfermedad en los humanos. En un primer paso para superar este obstáculo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han centrado inicialmente en los diez parásitos transmitidos por los alimentos con mayor impacto a nivel mundial. La clasificación que aparece en el informe conjunto FAO/OMS “Clasificación multicriterio para la gestión de riesgos de los parásitos transmitidos por los alimentos” está basada en el daño que producen los parásitos –además de otros factores–, e incluye información sobre dónde se pueden encontrar. Los diez principales son: Taenia solium (tenia del cerdo o tenia armada) en la carne de cerdo; Echinococcus granulosus (gusano hidatídico o tenia equinococo) en los productos frescos. Echinococcus multilocularis (otro tipo de tenia) en los productos frescos. Toxoplasma gondii (protozoos) en la carne de pequeños rumiantes, cerdo, carne de vacuno, carne de caza (carne roja y órganos). Cryptosporidium spp (protozoos) en productos frescos, zumo de fruta, leche. Entamoeba histolytica (protozoos) en los productos frescos. Trichinella spiralis (gusano del cerdo) en la carne de cerdo (provoca la triquinosis). Opisthorchiidae (familia de gusanos planos o platelmintos) en los peces de agua dulce. Ascaris spp (pequeñas lombrices intestinales) en los productos frescos y Tripanosoma cruzi (protozoos) en los zumos de fruta. La lista y el informe que la acompaña se elaboraron a raíz de una solicitud del organismo mundial de normas alimentarias, la Comisión del Codex Alimentarius (Codex), para que la FAO y la OMS revisaran el estado actual de los conocimientos sobre los parásitos en los alimentos y sus efectos en la salud pública y el comercio. Por continente, los parásitos más perjudiciales son: En Europa, más de 2500 personas se ven afectadas cada año por infecciones parasitarias transmitidas por alimentos. En 2011 se registraron en la UE 268 casos de Triquinosis y 781 casos de Equinococosis; en Asia, a falta de datos nacionales precisos, se sabe que las enfermedades parasitarias están ampliamente difundidas y son reconocidos como un grave problema de salud pública en muchos países. En la mayoría de las naciones africanas no hay dato alguno sobre la prevalencia de los parásitos transmitidos por los alimentos en los seres humanos, debido a una ausencia generalizada de sistemas de vigilancia. En Estados Unidos, la Neurocisticercosis, causada por la Taenia solium (tenia del cerdo) es la causa infecciosa más común de interdicciones en algunas áreas del país, en el que 2 mil personas son diagnosticadas cada año con esta enfermedad. La Toxoplasmosis es además una de las principales causas de enfermedad y muertes de origen alimentario.
Fuente: FAO
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la FAO prevén un descenso de los precios agrícolas, mientras ganan terreno la producción ganadera y los biocombustibles
El descenso reciente de los precios de los principales cultivos debería prolongarse durante los próximos dos años, antes de estabilizarse en niveles por encima del período anterior a 2008, pero muy por debajo de los máximos alcanzados últimamente, según el último informe Perspectivas Agrícolas elaborado por la OCDE y la FAO. La demanda de productos agrícolas se mantendrá firme, mientras se incrementa a tasas menores que en la última década. Los cereales siguen siendo la base de la alimentación, pero las dietas son cada vez más ricas en proteínas, grasas y azúcar en muchas partes del mundo, al aumentar los ingresos y la urbanización. El informe Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2014-2023 indica que tales cambios –combinados con una población mundial cada vez mayor– requerirán una expansión sustancial de la producción en la próxima década. Lideradas por Asia y América Latina, las regiones en desarrollo serán responsables de más del 75% de la producción agrícola adicional durante la próxima década. También se prevé que producción mundial de cereales sea un 15% más elevada para 2023 que en el período 2011-13. El crecimiento más rápido de la producción se espera en las semillas oleaginosas, con un 26% durante los próximos 10 años. La expansión de la producción de cereales secundarios y oleaginosas se verá impulsada por la fuerte demanda de biocombustibles, en particular en los países desarrollados, y la creciente demanda de piensos en las regiones en desarrollo. El aumento de la producción de cultivos alimentarios será más moderado en la próxima década, según el informe, con el trigo creciendo en torno al 12% y el arroz en un 14%, muy por debajo de las tasas de crecimiento de la década precedente. Se prevé también que la producción de azúcar aumente en un 20%, concentrada principalmente en los países en desarrollo. Con respecto a la carne; la firme demanda de importaciones de Asia, así como la reposición de la cabaña en América del Norte sostienen los precios, que se espera se mantenga por encima de los niveles medios de la década anterior, ajustados teniendo en cuenta la inflación. Los precios del vacuno alcanzarán niveles récord. Las aves de corral deben superar a la carne de cerdo y convertirse en el producto cárnico de mayor consumo en los próximos 10 años.
Fuente: FAO
La OIE avanza en el control de las enfermedades de las abejas
En todas las regiones del mundo, la apicultura forma parte integral de la agricultura, ya sea como actividad principal o complementaria. A menudo, se practica a pequeña escala y constituye un modo de producción tradicional en numerosos países. El tamaño de las empresas apícolas depende del contexto socioeconómico: en ciertos países, bastan veinte colonias de abejas para la subsistencia de una familia completa, mientras que, en otros, una sóla empresa puede contar hasta con 2.000 colmenas.
La miel y la jalea real son un ejemplo de alimentos de gran valor, fruto de las actividades melíferas. Además, las abejas tienen una función preponderante en el equilibrio de los ecosistemas, puesto que son las principales polinizadoras de las plantas, tanto silvestres como cultivadas, y facilitan así su perennidad y la biodiversidad. Gracias a las abejas, el hombre obtiene cosechas abundantes de frutas y verduras, lo que contribuye a la seguridad alimentaria mundial.
La desaparición de estos polinizadores clave, ya sean de cría o salvajes, representaría un desastre en términos biológicos, agronómicos, medioambientales y económicos. Preservar la buena salud de estas poblaciones de insectos polinizadores, que agrupa más de 17.000 especies referenciadas, constituye un desafío sanitario crucial que merece toda la atención de la comunidad mundial. Es muy difícil diagnosticar y controlar las enfermedades de las abejas melíferas que viven únicamente como colonias altamente socializadas. Las observaciones clínicas y de diagnóstico son aún más determinantes en este campo que para otras especies del reino animal.
A pesar de enfrentarse a grandes dificultades, se observa que, pese a la función esencial de las abejas, se presta menos atención a la apicultura que a otros sectores de la producción animal.
De hecho, la evolución de las prácticas agrícolas tiene grandes consecuencias sobre las poblaciones de abejas e insectos polinizadores silvestres. En casi todos los casos, las enfermedades de las abejas son elementos agravantes de otros factores que contribuyen a la destrucción de las colonias, como el uso no responsable de los pesticidas. El incremento de las superficies cultivadas por polinizar intensifica el recurso a la apicultura migratoria, lo que agrava las dificultades de control de las enfermedades y favorece la transmisión de enfermedades entre las colonias. Por su parte, el desarrollo de monocultivos genera un empobrecimiento de las especies vegetales cultivadas y, por lo tanto, de los nutrientes disponibles para las colonias.
La contaminación medioambiental, de todo tipo, también constituye una fuente de intoxicación para las abejas y de debilitación de las colonias. Esta situación se asocia con una falta de interés de las empresas farmacéuticas, un arsenal terapéutico limitado, y con la ausencia de formación de numerosos apicultores cuya pasión y empirismo no siempre pueden compensar la carencia de conocimientos de orden técnico. De este modo, se falla en la detección de los primeros síntomas de enfermedades y en la aplicación de las medidas de bioseguridad apropiadas dentro de las colmenas, y, desgraciadamente, se impulsa el uso inadecuado de productos terapéuticos.
Frente a esta inquietante situación, y teniendo en cuenta su mandato de mejorar la sanidad y la protección de los animales en el mundo y, a la vez, luchar contra la pobreza y el hambre, recientemente, la OIE reafirmó su compromiso con el sector e integró la mortalidad y las enfermedades de las abejas como una de las prioridades de su Plan Estratégico 2011-2015. No obstante, la salud de las abejas no es un tema nuevo para la OIE: la primera resolución al respecto fue adoptada en 1947 por los Delegados de los Países Miembros.
Más allá de la muy mediatizada disminución de las colonias de abejas melíferas durante estos últimos años en América del Norte, Europa o Japón, la OIE realiza un trabajo de fondo destinado a brindar a los servicios veterinarios de todo el mundo recomendaciones coherentes y basadas en fundamentos científicos en cuanto a las enfermedades de las abejas y las precauciones que se deben tomar para evitar la transmisión transfronteriza.
Es un hecho que la mundialización de dichas enfermedades se explica, sobre todo, por la falta de control por parte de los servicios públicos de los intercambios transfronterizos de los genitores, el material genético o los productos derivados de la agricultura. Resulta primordial recordar que, en general, la mortalidad de las abejas se debe a las enfermedades habituales, entre ellas, las 6 principales infestaciones de la Lista de la OIE causadas por: Acarapis woodi, Paenibacillus larvae, Melissococcus plutonius, Aethina tumida, Tropilaelaps spp. y Varroa spp. El ácaro Varroa, pequeño artrópodo responsables de la Varroasis, ya ha invadido casi todo el planeta y provoca, sólo o asociado a otros factores de origen viral o químico, daños considerables en las abejas a escala mundial.
Por lo tanto, se han elaborado normas sanitarias internacionales relativas a estas enfermedades, democráticamente adoptadas por los 178 Países Miembros. En particular, este trabajo permite establecer certificaciones oficiales que aporten garantías confiables para los intercambios comerciales de genitores, material genético o productos de la apicultura.
Asimismo, la OIE promueve un refuerzo de las capacidades de los Servicios Veterinarios nacionales, con el fin de mejorar la calidad de la vigilancia de las colmenas y las observaciones realizadas en el terreno. Con esta perspectiva, todos los años, se organizan talleres de formación y la red de expertos de la Organización se pone a disposición de los Países Miembros interesados.
La notificación de los eventos sanitarios por parte de los Países Miembros de la OIE es una obligación estatutaria. La transparencia de la información sanitaria es una condición primordial para la gestión de las enfermedades debido al mayor riesgo de propagación de las enfermedades resultado de la trashumancia de las colonias, el comercio regional e internacional de las abejas vivas, el material genético y apícola y los productos de la colmena. El comercio de reproductores o huevos por internet y por remesa constituye un poderoso factor de mundialización de las enfermedades de las abejas.
Cabe destacar la contribución de la OIE a la difusión mundial de la información técnica y científica gracias a sus publicaciones consultables en línea, de forma gratuita.
La preservación de la salud de las abejas, ya sean de cría o salvajes, forma parte de la buena gestión del medioambiente, la seguridad alimentaria y la valorización de la agricultura mundial. Dejar este aspecto de lado y transformarse en mero testigo de la disminución de las poblaciones de abejas en nuestro planeta traería graves consecuencias, tanto medioambientales, como agronómicas y económicas. La armonización de la gestión sanitaria de las abejas merece toda la atención por parte de la comunidad internacional, puesto que preservar las abejas es preservar nuestro futuro.
Fuente: OIE
Nuevo informe de la Agencia Europea para la seguridad alimentaria (EFSA) sobre al Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB/BSE) atípica
La EFSA ha hecho público un informe científico de sus expertos sobre las investigaciones de laboratorio sobre la distribución de las lesiones del EEB/BSE denominado “atípico”. El informe concluye en que no hay suficiente información para la diferenciación entre la EEB/BSE clásica y las formas atípicas (H y L) y en que hasta hoy la información obtenida indica que las res formas identificadas son infecciosas y pueden ser transmisibles. Se recomienda la lectura complete del informe.
Fuente: EFSA
Identifican a 500 nuevos microbios en flora intestinal humana
Fuente: Nature , Prensa Latina, Cuba
Dos niños fueron internados y 14 casos fueron identificados en un brote de E.coli O157 en Inglaterra
La Agencia de Seguridad Alimentaria de Francia (ANSES) busca reducir el uso de antibióticos en los animales
Fuente: EuroCarne
LA OIE, FAO y OMS aúnan esfuerzos para combatir la resistencia antimicrobiana
Fuente: OIE
Un completo informe sobre la ocurrencia de zoonosis en Europa
Fuente: EFSA, ISCII, España
Se extiende la epidemia de MERS-co a Bangladesh
Fuente: ProMED MAIL, BD News, Bangla Desh, HealthMap
El Comité de Pesca de la FAO aprueba las directrices voluntarias para erradicar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR)
Fuente: FAO
La EFSA publicó el reporte final del proyecto FLURISK
Fuente: EFSA